No passarà
desapercebuda la fotografia que encapçala aquest blog. Es tracta de la que
donava la benvinguda als assistents a la Llar Fallera de Borriana.
Darrere del fotomuntatge hi havia un text que deia així:
“De Burriana en el años 1966.
Esta foto fue instalada en el primitivo llar fallero en la
calle de los àngeles de Burriana y que medía siete metros de larga por dos
metros de alta. La foto fue tomada en la alquería del doctor Castillo al mismo
lado de la ermita de la Virgen de la Misericordia, después de los preparativos
del personal pertinente, fue hecha con cámara Rolleyflex en tres negativos dada
la amplitud del tema.”
I així fou. En el butlletí Buris-ana 95-96,
Joaquín Bosch respongué les preguntes de Roberto Roselló tal com transcric a
continuació:
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Boceto de Ortells |
“Ortells perseguía la idea de captar una escena típica ante
una alquería. Él y yo recorrimos el ‘terme’ en busca de una que reuniese las
necesarias condiciones plásticas. Tras una prolongada búsqueda nos tropezamos
con la deliciosa casa de campo que posee el doctor don Manuel Castillo junto al
‘Clot de la Mare de Déu’. Su fachada es tan sugestiva que colmó con creces
nuestras aspiraciones. Muy gentilmente en doctor Castillo puso su casa a nuestra
entera disposición y... ¡manos a la obra! [...] Primero, como es lógico, hube
de distribuir los elementos materiales y humanos del modo como creí que
alcanzaba su máxima expresión.
Después, a causa de la amplitud del tema, me vi
obligado a tomarlo en tres negativos, que luego hubieron de ser combinados en
el laboratorio. También a causa de este gigantismo hube de hacer las copias y
ensamblarlas posteriormente.”
Ve a tomb dir que la reforma de la Llar Fallera fou
encarregada a J. Ortells, qui volgué “hacer prevalecer la sobriedad, el adorno
sin estridencias”. Afegia Ortells, com a resposta a l’interrogatori de Roselló,
que:
“Me inspiré, claro que remotamente, en ciertos salones
parisinos de la llamada ‘belle époque’. Ahí están los revestimientos de los
muros, de un discreto color paja, alegrados por los detalles florales de las
columnas, muy optimistas. Los dos niveles de ‘plafonds’ del techo los coloreé
con más fuerza para que no fuesen borrados por el efecto de las luces
dimanantes de ellos. Busqué darle la mayor dignidad y expresión posible al
frontis del salón. De ahí los paneles laterales y el escudo del centro, todo
muy suntuoso. Y, finalmente, para no recargar la nota clásica les di al bar, a
los servicios, incluso al dibujo en hierro forjado de la taquilla, un aire lo
más moderno posible”.
Amés de Joaquín Bosch, Ortells comptà amb la
col·laboració de Soler, qui va tallar un retaule de dos metres de base per
3,70m d’altura. Amb ell també xarrà Roselló de la manera següent:
“—¿Material?
—Haya vaporizada. Es una madera que resulta muy dulce para
el metal.
—¿Tiempo de ejecución?
—No he trabajado en ella de una manera sistemática. Pero
calculando a base de una jornada normal de trabajo se puede decir que un mes.
—¿Principal dificultad?
—El tener que trabajar sobre la talla colocada
horizontalmente a causa de sus dimensiones; y eso que se compone de dos
partes...”
Si alguna cosa
queda clara de tot el que hem exposat adés és que en Roberto Roselló Gash féu
un treball de periodisme excepcional que ha deixat negre sobre blanc aspectes
fonamentals de la història del nostre poble. Algú ha de ser l’artista... i algú
ha de contar-ho.
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